lunes, 12 de julio de 2021

 

Ausencia compañera 37

en Cervantes • hace 25 días


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Se apaga una vela mas no baja de la luz la intensidad, ni su calor disminuye, se cierne negra y oscura noche como un gran velo, mas viene esperanzado el sol de un nuevo día, eso fuiste para muchos, luz y camino, arte y bandera, arriba siempre.

La bella luna alumbra con su luz tenue de plata la fría y silenciosa noche de recuerdos miles, es que en la noche se oye más fuerte la fría brisa, trayendo de pasajeros a los recuerdos y se convierten estos en un ingrediente más, una nueva compañía.

Esa que trae el aroma que exhala tu amistad, en este tiempo se hace necesario un inventario de las fuerzas y las armas, el tiempo tiene la facultad irremediable de gastarlas y amellarlas, se hace un alto en este recontar y se recuerdan viejos tiempos cuando la juventud rebelde brindaba fortaleza y vigor y el no puedo no era el vencedor, si no el vencido.

Tiempo cuando soñar juntos era el único objetivo, el más preciado, el norte de deseos profundos con celo bien guardados.

Maestro Grande, Maestro Hermoso que sin hablar, hablaba y enseñaba sin reserva ni medida, elegante traje de humildad siempre vestiste, en eso siempre se lucia tu ensanchado corazón.

Amigo inseparable y cómplice de sueños, de esos que en cada encuentro traían como equipaje muchos más, grandes o pequeños, livianos o pesados, a quien importa mesurar al mencionar, te recuerdo porque tu ausencia, me habla a gritos de lo esencial de tu presencia

 

Tu ausencia, amigo mío  36

en Cervantes • hace 28 días


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Día gris... día lluvioso de despedirte hasta siempre, día en que las lágrimas peleaban entre sí por salir a verte por última vez.

¿Era la lluvia o eran las lágrimas las que mojaban esa mañana?... se pararon de momento tantos planes soñados juntos...

La vida tiene tantas travesuras... juntar dos soñadores empedernidos, obsesionados, adictos al ser humano como objetivo, tercos quijotes empeñados en llenar por doquier claves y notas de esperanza a cada rincón a cada espacio en el tiempo.

Qué bueno que siempre estaba Dios con nosotros como tercer cómplice o socio, sé que no debo pero te reclamo que te fuiste temprano y sin aviso, no es que necesitaras permiso, es que ahora soñar se torna en insomne pensar sin conclusión, hasta sin razón ni objetivo, tantos encuentros para construir sueños juntos, lo imposible parecía posible en nuestros planes.

Lo humano y lo divino siempre presente entre nosotros, lo abordábamos como adolescentes concibiendo el mundo, este nos pertenecía, nos lo comíamos ansiosos como sin mañana. De haber podido hubiésemos cambiado al mundo en cada encuentro.

Te fuiste amigo y solo me dejaste la alternativa de tu ausencia para entendernos, como si dialogar con ella fuera tan fácil, ¿acaso ella entiende nuestros sueños?...

Tu ausencia no es muy dulce al hablar y no la entiendo, tiene sabor amargo y es indigerible, tu ausencia amigo mío no se viste de gala para asistir a cada encuentro, ella no se ríe y no nos disfrutamos.

No es placentera la presencia de tu ausencia, jamás te sustituirá esa señorona y el tercer socio ¿no dice nada para mediar?

¿Será que tendré que asociarme con el dolor que da tu ausencia para no sentir que sueño solo?

Como sé que no se puede regresar el tiempo, te pido que me ayudes a convivir a diario con tu recuerdo y a hacer más llevadera en cada reunión de sueños, la presencia de tu ausencia...

TE AMO desde el alma, fue Dios quien te guardó en mi corazón, pero también quien te llevó dejando vacío dicho espacio en él...

Hasta siempre, más que un reclamo es la acotación desesperada de quien ahora queda solo sin su cómplice de sueños.

Clase de órden:  

jueves, 1 de octubre de 2020

Oda al No te iras

 

Oda Al No Te Irás


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La vida y el río... El río corre como en franca persecución, pero ¿de quién huye? Nada detiene su diario andar… Dando vida, va a su paso, refrescando cada trazo… ¿Quién le espera? ¿Por qué la prisa? Es que su vida es muy corta… Un día, es río… Otro, mar… Otro, nubes... Otro, lluvia… Pero, siempre pareciera que, así esté en cualquiera de los roles ya descritos, siempre nos acompañarán las gotas, las nubes, los ríos y mares…

"Nos bañamos en el mismo río… Más no, en la misma agua”. El agua, pasó… El río, quedó… Es como si, de alguna manera, nos comparamos al río y al agua. El río, la vida… El agua, nuestra vida… Venimos a ella, cumpliendo una misión de vida. Y seguimos adelante, corriendo a la siguiente fase… Quién sabe a dónde… Quién sabe cuánto...

A diferencia del río y del agua, los pensantes, hacemos un alto de vez en cuando… Y al hacer un inventario notamos que, en el camino, regamos de nosotros cuántos campos, cuántas cosechas, cuántos frutos cosechados… Nuestro pasar, deja huellas, surcos, caminos… El tiempo, pasó corriendo… Pero, el fruto, lo dejamos… Quedando abierto el camino para todo el que entendió que somos su antepasado, nueva agua vendrá a este río de vida, correrá como en el pasado, porque la vida es muy corta y ya estamos jubilados…

Nos iremos de este río… En qué forma lo ignoramos… Pero, estaremos muy cerca… No crean que nos alejáremos… Siempre estaremos pendientes porque el corazón mismo, en nuestro paso, dejamos. No estaremos en el río, campo… pero nunca te dejamos.


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